«Lo que ha pasado el día 7 de marzo no solamente ha destruido nuestros hogares, sino que también nos ha causado problemas de salud, tanto físico como mental»
Soy Dorcas Manel, vivo en Mondong. Tengo cuatro hijos y cuatro sobrinos viviendo conmigo. Mi esposo se llama Noe. Lo que ha pasado el día 7 de marzo no solamente ha destruido nuestros hogares, sino que también nos ha causado problemas de salud, tanto física como mental.
El día 7 de marzo, estábamos saliendo de hacer nuestras oraciones, al llegar a casa como de costumbre nos sentamos debajo del árbol de mango. De repente hemos sentido un viento brusco y raro, nunca antes sentido, moviendo los árboles. Antes que nos abrazara el viento y nos moviéramos, fueron las casas las que se movían, la tierra se elevaba. Después de todas esas acciones del viento, escuchamos el primer ruido de las bombas. Miedo, miedo, fue eso lo que sentimos. Los ruidos aumentaban. La gente comenzaba a correr con sus hijos, entraban en el bosque. Del cielo caían granos, no sabría definir bien de que material era lo que caía sobre nosotros. La gente estaba desesperada, corrían por todos lados. Nosotros estábamos en un estado de alucinación. No nos movimos. Nos quedamos mirando lo que pasaba.
El ruido de las bombas duro toda la noche y parte de la mañana. Cada vez los niños nos preguntaban que era lo que estaba pasando. Los perros ladraban y también se escondían con nosotros.
Desde lo ocurrido tanto los niños como nosotros tenemos mucho miedo, e incluso los niños, cuando llueve y hay mucho ruido me preguntan si va a ser como lo de ese día...
Gracias al programa cash transfer hemos podido iniciar la reforma de nuestra casa, también utilizamos una parte para comprar comida y otras cosas.