En el Dia Internacional de la Paz 2022, grupos vulnerables se pronunciaron sobre las experiencias racistas y discriminatorias que sufren en la sociedad

Para celebrar el Dia Internacional de la Paz, Naciones Unidas en Guinea Ecuatorial invitó a representantes de los grupos vulnerables, entre los que se destacaron la Asociación Nacional de personas con albinismo, la Asociación Nacional de Minusválidos (ASONAMI) y la Asociación Nacional de Mujeres Discapacidades (AMUDIGE), para compartir con representantes de Gobierno, cuerpo diplomático, ONGs, sociedad civil y personal de la ONU, las experiencias racistas y discriminatorias de las que son víctimas. Enriqueció el acto el testimonio de la embajadora de la Republica Surafricana, S. E: Nolufela M. DWABAYO, sobre la experiencia segregacionista de su país bajo el régimen del apartheid.

En línea con el lema de este año “Pon fin al racismo, Construye la Paz” y con el fin de cultivar la paz desde la base, se procedió también al lanzamiento del concurso de dibujos “¿Qué significa la paz para ti? Acabemos con el racismo. Construye la paz.” para niños y niñas residentes en el país menores de quince años. Los ganadores de dicho concurso se darán a conocer durante la celebración del 77 aniversario de Naciones Unidas, el 24 de octubre.

“La “paz total” o la “paz positiva” requiere no solo del silencio de los fusiles, sino la construcción de estados, sociedades, e instituciones nacionales e internacionales donde todos y todas sientan que pueden prosperar – es decir donde se logren los ODS”, destacó la Coordinadora Residente en su discurso introductorio.

En la misma línea aseguró que los ODS son el consenso de los Estados Miembros de la ONU para crear un mundo sin pobreza, generando un desarrollo económico respetuoso con el planeta. “Pero el racismo, la discriminación y la exclusión son uno de los principales obstáculos para el logro efectivo de cada uno de los 17 ODS”- concluyó.

Por su parte, el director general de derechos humanos, Manuel Mba Nchama, en representación del Gobierno, observó que “fomentar la cultura de paz entre los seres humanos mediante la construcción de entornos libres de donde no hay violencia, ni discriminación y ni racismo, debe ser nuestra actividad cotidiana en el despeño de nuestras funciones. Lograr la paz requiere construir sociedades en las que todas las personas sean tratadas con igualdad sin ninguna discriminación”.

Las experiencias de discriminación se abrieron con el testimonio de la señora Nolufela M.DWABAYO, embajadora de la República Surafricana, quien, tras agradecer a la ONU y sus miembros y organizaciones por el apoyo que finiquitó el apartheid en su país en 1994, señalo que para los surafricanos el apartheid fue: “una forma de racismo basada en el color y el credo, que vino acompañado de elementos desintegradores como: las divisiones dentro de las comunidades por el etnicismo y la barra de color; buscaba que la gente se sintiera inadecuada y pequeña. Y, por extensión, afectó a las libertades fundamentales como pueblo, a los derechos humanos, a la libertad de afiliación, de palabra, de expresión, etc” Y concluyó recomendando que: “Podemos ignorar estas cuestiones mientras buscamos la paz y el desarrollo: la paz es un requisito previo para el desarrollo.”

El colectivo de albino es de los que más sufren la discriminación racial, social e incluso familiar, según datos revelados por Manuel Ndong Bibang, presidente del incipiente ALBINOSGE, la primera asociación de este colectivo en el país, que lleva apenas dos meses desde su creación. Su vicepresidente, Donato Abeso Nepi, declaró que: “la vida del albino es muy dura en nuestra sociedad. He sentido en carne el rechaza incluso de mi propio entorno (familia y amigos) y tengo problemas psicológicos para relacionarme. Tengo miedo a escuchar comentarios muy malos que la gente hace sobre mí”, al margen de las dificultades que encontramos para obtener un documento fundamental como el carnet de identidad personal”

“la vida del albino es muy dura en nuestra sociedad. He sentido en carne el rechaza incluso de mi propio entorno (familia y amigos) y tengo problemas psicológicos para relacionarme. Tengo miedo a escuchar comentarios muy malos que la gente hace sobre mí”

Por su parte, Miguel Rafael Edjang y Fausta Avomo Ebozogo, representantes de sendas asociaciones de personas que viven con minusvalías denuncian también por la falta de un plan de formación especializada, la falta de accesibilidad en los edificios oficiales y privados, no reciben ofertas de empleo público, no se les tiene en cuenta en puestos elegibles, reciben comentarios despectivos del entorno y no reciben suficiente atención sanitaria.