Centenares de jóvenes de Guinea Ecuatorial eligen la agricultura como profesión inspirados por la FAO y la Escuela de Capacitación Agraria (ECA)
26 abril 2023
Los jóvenes estudiantes de la ECA en Bata aseguran que la agricultura les gusta como profesión,pero también les ayuda a llevar productos frescos a sus familias.
Cuando las personas llevan toda la vida viviendo del bosque y forman parte del bosque, del que sacan su sustento diario, no es fácil convencerles que se va a una escuela o universidad para estudiar la agricultura. En su mente sólo caben las acciones de desboscar, quemar los troncos secados al sol, limpiar el terreno y plantar. Esto lo hace cualquiera y obtiene alimentos para nutrir a su familia ¿para qué iba a ir una persona a la universidad para estudiar cómo hacerlo?, suelen preguntar con extrañeza las personas de edad avanzadas. Para centenares de jóvenes que asisten en la Escuela de Capacitación Agraria (ECA), convencer a sus familias de que han decidido dedicar sus vidas a la agricultura, suele ser para muchos y muchas el primer gran desafío a nivel familiar.
“De hecho, yo estaba decidido a estudiar derechos en la universidad nacional después de aprobar mi selectividad. Era la mayor ilusión que yo tenía de pequeño hasta que unos amigos que asistían en la ECA me hablaron de ella y el trabajo de la FAO. Vine, me enamoré y me quedé”, cuenta Patricio Francisco Mamiaga, joven de 25 años que cursa segundo año de Agronómica en la ECA.
Con el objeto de lograr en Guinea Ecuatorial los Objetivos de Desarrollo Sostenible 1,2 y 5, Naciones Unidas, a través de su organismo especializado, y el Gobierno priorizaron la mejora de la productividad de los sectores agrícola, pesca y forestal, con el fin de reforzar la seguridad alimentaria y nutricional. La formación de miles de jóvenes en materia agraria, a través de la Escuela de Capacitación Agraria, protagonizada por la FAO y el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, es una actividad clave junto al apoyo de otros productores agrarios, pesqueros y ganaderos en todo el país, para lograr dichos objetivos.
“Por ahora estoy estudiando la carrera y en el futuro ya pensaré desarrollar la actividad como medio de vida. En cambio, gracias al apoyo de la FAO en la extensión de Alep, mi familia se está beneficiando de productos frescos que sacamos de las cosechas”, continúa revelando al equipo el joven Patricio Francisco Mamiaga.
En la misma línea se expresa Wendi Victoria Akum de 22 años, estudiante de primer año de Agronomía en el mismo centro y colaborador en el proyecto de extensión de Alep. Ella es del poblado de Ndote (Mbini), miembro de una familia de 12 hermanos que, como todos, vino a la gran ciudad para adquirir formación para mejorar sus condiciones de vida y las de su familia.
“La agricultura para mí es una pasión. Antes yo quería estudiar administración, esto exigía ir a Malabo y mi familia no tiene medios suficientes. Además, somos muchos (12 hermanos) y por eso me dediqué a la agricultura, que me permite estudiar algo que me gusta y al mismo tiempo ayudar a mi familia con los alimentos que saco”
La formación profesional y ocupacional de los jóvenes constituye las grandes herramientas que utilizan el sistema de las Naciones Unidas y el Gobierno, para hacer realidad el primer pilar de su marco de cooperación: Capital Humano. Organismos de las Naciones Unidas como la FAO, PNUD y OIT llevan a cabo con departamentos gubernamentales proyectos y programas que ayudan a los jóvenes guineanos en la formación y en la puesta en marcha de ideas de emprendimiento para el autoempleo. La FAO, por ejemplo, ha puesto en marcha el “Programa de Desarrollo de la Avicultura Familiar en Guinea Ecuatorial” y la “Escuelas de Campo para mejorar el desarrollo de la producción agrícola en Guinea Ecuatorial” que han permitido la formación de cerca 350 jóvenes y agrupaciones de producción en todo el país.
Escrito por
Virgilio Ela Motu
OCR
Oficial de Coordinación al Desarrollo,Comunicación y Abogacía de Programas